martes, 24 de febrero de 2015

moteros tranquilos

Are we there, de Sharon Van Etten



¿Sabes que a veces me funciona eso de ponerme un sombrero y verlo todo distinto? Ahora mismo son las dos de la mañana, y graniza.
¡bang! Tengo el bombín en el asiento del copiloto. El calor huele a verano, como Madrid en primavera. Que huele distinto, y tienes los mocos secos. Me queman las mejillas, y vuelvo a ruborizarme, pero esta vez no por pudor. Apoyo la cabeza en el respaldo. Sonrío. No conozco esta ciudad. Reconozco tu forma de andar desde la distancia. Saco la cabeza por la ventanilla, y te silbo. ¿Subes? Suena una cinta vieja que se para cada poco. Esta noche, la carretera es infinita. Hoy no termina nada, al contrario. Es justo ahora, es en estos días, cuando empieza todo. Y ese pudor, que me reitero, ya no siento, ha desaparecido del todo. Y es entonces cuando ya puedo disfrutar de absolutamente cada momento del sueño, de este sueño. Hay gaseosa verde en el asiento de atrás, cigarrillos en la guantera. Persigamos la luna, que no se vaya nunca. Todo está bien.


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crear unicornio analógico con cintas recicladas y girar con el boli

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