y de repente me vi diciéndote adiós, casi a cámara lenta. después de una noche demasiado dulce como para ser nuestra. cada vez había más luz después de toda la oscuridad. la calle empezaba a oler a ese olor que solo tiene por las mañanas cuando todavía el silencio baña el asfalto. los carteles de los locales en alquiler, los de real estate y los de fritanga empezaban a reflejar el sol de finales de junio. me dolían los ojos de mirarte.
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crear unicornio analógico con cintas recicladas y girar con el boli
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