sábado, 4 de junio de 2011
Méjico en invierno
El olor del ambiente, húmedo. El calor sofocante que se pega en la piel. El mar transparente, fresco. Olor de zumos en las calles. La fruta. El calor a las cinco de la mañana. El sol que sale y se pone, abriendo y cerrando los días, eternos. Música tropical. Colores que no existen en otros lugares. Rincones que desaparecen cuando vuelves a ellos y no los encuentras donde estaban. La textura del embarcadero en los pies, una mezcla entre humedad del mar y la arena que se queda pegada a la madera. Animales de aventura gráfica. Peces recién pescados.
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Llegar de viaje y ponerse al día con tu blog, me encanta :) Y vivir un verano en diciembre.
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