jueves, 29 de enero de 2015

gnossienne





La completa catársis del catacrá del proyector de cine te eriza la piel, y te recorre un gélido escalofrío que te deja temblando de calor. Te estoy grabando en planos sueltos. Partes de tu cuerpo, como partes de un todo. Partes de una película que jamás verán la luz del cajón al abrirse. Cuando pasen muchos muchos muchísimos años, alguien desvalijará esta casa, en un desahucio del tiempo, y encontrarán millones de cintas que te grabé cuando no te dabas ni cuenta, cuando respirabas fuerte, cuando soñabas oscuridad, cuando amanecías legañas, cuando sorbías el agua de la noche anterior, cuando abrías el grifo que ya no existirá, cuando pintabas una puerta de madera, cuando me arreglabas la bicicleta, y ya no rechinó más, cuando gritabas en medio de la nada, y luego la película acaba en un negro infinito, un fundido eterno, en el que no hay más créditos que el eco de tu risa.




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crear unicornio analógico con cintas recicladas y girar con el boli

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