helen korpak
Le gusta escuchar, le gusta ver. Le gusta saltar y empujar. Pero no le gusta el plástico. Y solo bebe la química que desprende su mirada. Al fondo del paisaje, donde ya la vista no estira más, entre los nubarrones y la montaña nevada, hay una luz increíble. La luz que muere a las seis y media de la tarde de un sábado de febrero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
crear unicornio analógico con cintas recicladas y girar con el boli
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.